En el mundo de la Alta Costura el arte es plasmado por muchas grandes casas gracias a las infinitas posibilidades que ofrece. Schiaparelli, que nació siendo una firma precursora del surrealismo en el siglo XX, ha llegado hasta nuestros días sin perder su esencia artística y su carácter atrevido, simbólico y disruptivo.
La diseñadora Elsa Schiaparelli y el artista Salvador Dalí hicieron de su amistad una rica fuente de creatividad que se materializó en vestidos y sombreros icónicos. Un encuentro que marcó la moda contemporánea, introduciendo una sincronía sin precedentes entre la elegancia mundana y la excentricidad puramente creativa: El cubismo, el dadaísmo y el surrealismo fueron la base conceptual para que Dalí y Schiaparelli crearan algunas de las prendas más icónicas de la historia de la moda, como el vestido langosta, el vestido de esqueleto y el sombrero zapato.
Salvador Dalí sostenía que la mujer elegante era «siempre una unión prudente entre su fealdad, que tenía que ser moderada, y su belleza, que tenía que ser evidente sin superar la justa medida». Probablemente, es en esta definición donde podemos encontrar el principal elemento de encuentro dialéctico y el eje de la relación, basada en el entendimiento, además de la admiración mutua, entre el artista español y la diseñadora italiana.
El dadaísmo y el surrealismo marcaron su trabajo y muchas de sus prendas siguen asombrando hoy por su fuerza y su potente carga estética. Schiaparelli adoraba los hombros anchos en las chaquetas e impuso la silueta pagoda. Más tarde exageró el tamaño de las mangas e hizo de la cremallera un elemento ornamental. Introdujo la falda pantalón en el armario de las mujeres y más tarde lo trasladó al deporte. Y arrasó con sus vestidos hechos con tul de rayón que ella bautizó como ‘Cósmico’ ya que parecían de cristal. También puso de moda las batas y las chaquetas de playa y creó divertidos botones con formas de insectos, rostros de mujer, acróbatas…
Con motivo de la Semana de la Moda de París, la casa ha recuperado una fase muy importante de su génesis artística. En esta coleccion primavera-verano 2024 solo basta con observar los grandes collares de langostas sobre la pasarela o los estampados de lubina para darse cuenta de que el director creativo, Daniel Roseberry, se inspiró en la colaboración histórica entre el fundador de la maison, Elsa Schiaparelli, y el surrealista Salvador Dali.
Negro, blanco, rosa ceniza y azul pastel son las bases sobre las que construir narrativas sartoriales donde grandes joyas de oro, detalles pop-art y estampados de temática marina actúan como leitmotiv; la langosta regresa del pasado de la casa, a veces como accesorios dorados macizos o como elaboradas cortinas de tela, mientras que la estética general refleja perfectamente la de los años 20, estableciendo un contacto directo con el pasado de Elsa Schiaparelli.
Desde LuxStyle Consulting apoyamos y trabajamos en proyectos vinculados al mundo de las artes, (cine, teatro, literatura, música, moda..) contacta con nosotros, estaremos encantados en escucharte.
Maria Cano.