Muchos recordarán con cariño cuando en 1983 se abrió el primer centro comercial en España; La Vaguada. Una gran superficie comercial en la que siguiendo al modelo americano se encontraba localizada en una zona suburbana con pasillos, amplia gama de productos alimenticios y grandes ofertas.
Pronto siguieron más por toda España, El Nuevo Centro de Valencia, Baricentro en Barcelona así hasta completar los más de 544 centros comerciales que se encuentran en nuestro país.
En la década de los 90, se añadieron espacios de ocio como boleras, cines, etc para ser completado en el 2000 por espacios exclusivos para deporte como gimnasios, piscinas e incluso como el famoso Xanadú que incluye una gran pista para esquiar.
La creación de experiencias durante los últimos años auguraba a este canal un gran futuro prometedor utilizando las nuevas tecnologías, implementando así, mapas interactivos, eventos etc. pero sucedió lo que nadie esperábamos y durante 2020 muchos han tenido que cerrar, debido a la renegociación de alquileres, esperas de apertura que nunca llegaban y el cierre de un sinfín de negocios.
Un estudio de Deloitte realizado en Diciembre de 2020 concluye que “una densidad comercial de 342 metros cuadrados por cada mil habitantes, y con una media anual de 9 aperturas, se necesitarán cambios drásticos.” “Un 43% de los centros necesita un reposicionamiento o estaremos en un problema”.
Además, los centros comerciales que abren han tendido que hacer gastos extras en higiene, tecnología y seguridad. Medidas que para un canal debilitado económicamente está siendo difícil para realizar cualquier maniobra.
Pese a todo lo indicado anteriormente, existe esperanza para los centros comerciales, y es que aquellos que deseen continuar deberán realizar una estrategia más sostenible y basada en experiencias para la comunidad.
¡Comer y comprar ya no es suficiente! Ahora es el momento en que las estrategias desarrolladas por los centros comerciales deben ser para y por la comunidad.
La creación de centros médicos, espacios para tele-trabajar y guarderías podrían ser de gran apoyo. Además, es hora que el arte, la literatura y la cultura en general se conviertan en un activo en estas grandes superficies. Bibliotecas, exposiciones y salas de conciertos atraerían enérgicamente a ese consumidor que cada día compra más de forma online.
En conclusión, se debe olvidar que los centros comerciales vuelvan a esa “nueva normalidad” que han vivido durante los últimos 40 años, si desean sobrevivir 20 años más, deberán abrazar el cambio y situar, pero esta vez de verdad, al consumidor y a la comunidad en el centro de la ecuación.
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Juan Borges.