CINCO DIAS BY LUXSTYLE
Capri Holdings, la empresa dueña de las firmas de moda Michael Kors, Versace y Jimmy Choo, contabilizó un beneficio neto atribuido de 73 millones de dólares (66 millones de euros) en su segundo trimestre fiscal, finalizado en septiembre, lo que supone una caída de casi el 50%, según informó la compañía esta semana.
Unas cifras que, para Ton Pernas, diseñador y director del máster de Moda de IMF Business School, deberían ser un aviso de la necesidad de llevar a cabo transformaciones dentro del grupo. Uno de las firmas precisamente es la última adquisición de Capri, que anunció la compra de Versace en septiembre de 2018, aunque no se ejecutó hasta finales del año pasado, pero Donatella Versace sigue siendo la directora creativa de la marca, que fundó con su hermano Gianni Versace en 1978, asesinado en la puerta de su casa en Miami en 1997. “Creo que la compañía debería aprovechar la excusa de la compra para darle un vuelco a la marca. Si no, tengo muy claro que no va a continuar”, sentencia Pernas.
El mundo de la moda cambia cada vez más rápido y para algunas marcas es complicado seguir el ritmo. “En los 80 podías permanecer años con la misma imagen, pero ahora, si no se toman decisiones de este tipo, el mercado te come”, prosigue el experto. Una transformación que, para Pernas, pasa por apartar a Donatella de la dirección creativa. “Más allá de que me guste más o menos lo que hace, tiene que salir porque es la única posibilidad de que haya un verdadero rebranding. Del mismo modo que Giorgio Armani no puede efectuar un giro así en Armani”, apunta. Un paso arriesgado, que requiere una gran capacidad de gestión y, en este sentido, el diseñador pone en duda que Capri sea el grupo más adecuado para llevarlo a cabo, “no por capacidad económica, sino desde el punto de vista ejecutivo”.
La estrategia seguida hasta ahora también es errónea para el director ejecutivo y fundador de LuxStyle Consulting, Juan Borges. “Versace tiene una imagen muy fuerte, pero una presencia online inexistente. Es una marca muy ostentosa, que necesita verse, si van a quitar puntos de venta, como han dicho que iban a hacer, lo que se consigue es que la marca se diluya”, prosigue el consultor, para quien, si se desea reducir costes, se puede prescindir de los establecimientos más pequeños en ciudades secundarias, pero no de flagships en Londres o Nueva York.
Versace ya contaba con problemas antes de que la comprara Capri, pero estos no se han solucionado y han aparecido otros nuevos, apunta Borges. Entre ellos, una falta de coherencia comunicativa. “Transmiten mensajes muy aspiracionales, pero luego en la tienda hay bolsos a 40 euros porque, en España, solo se le da importancia a la parte destinada al outlet. Esto es algo que al cliente del lujo no le gusta, en esta industria los precios no son elásticos, no se hacen rebajas”, explica. Cabe recordar que Versace cerró sus tiendas en Madrid y Barcelona en 2004 para volver a abrirlas 10 años más tarde.
Por su parte, para la profesora de ISEM Fashion Business School, Isabel Garcia Hiljding, es una cuestión de tiempo, pues considera que este tipo de operaciones crean sinergias en el medio plazo: “Hay que encontrar el equilibrio entre lo que pide el grupo, que es que las cosas se vendan, y la familia, que querrá seguir fiel a su legado”. No obstante, Borges hace hincapié en que la adaptación no llegará por sí sola: “Deben sentarse y plantear una nueva estrategia”, concreta.
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