Hace unos meses el director creativo de Valentino, Pierpaolo Piccioli, lanzó una campaña mezclando señales de tráfico con mensajes “Otra vez te estás comparando contigo mismo” decía esta señal.
Koreen Odiney, la modelo y fotógrafa en su cuenta de Instagram @werenotreallystrangers utilizaba carteles con mensajes sobre la “empatía, la individualidad y la positividad.
DKNY con su nueva colección de bolsos, Vetements con sus sudaderas, Prada con sus vestidos… ¿Nos están queriendo decir algo? ¿Realmente lo que se está buscando es el dialogo con el cliente?
Si los mensajes lanzados los colocamos usando una serie de palabras al azar en las prendas, leeremos cómo DNKY intenta que seas rebelde, Vetements lanza gritos provocativos utilizando el sexo como base y Prada que seas intelectual.
Si una marca usa la escritura para lanzar mensajes en sus colecciones, no es nada nuevo. El problema viene cuando esa marca no está siendo fiel a sí misma. Igual que el uso de las imágenes ha de ser consecuente con los valores de la misma, el uso del lenguaje escrito en las prendas debe tener la misma coherencia.
Si hace unos años la marca Tous era criticada por utilizar en imágenes la niña dulce con los pendientes de ositos, y al año siguiente utilizaba una chica Punk que gritaba “BE YOURSELF”, siendo no consecuente con su identidad de marca. Ahora, está pasando exactamente lo mismo pero con el lenguaje escrito. Se podría decir que las marcas en busca de ese dialogo con el cliente, están lanzando mensajes contradictorios.
Por ese motivo, no es coincidencia que haya marcas como Louis Vuitton, Dunhill y Stella McCartney que hayan reclutado recientemente a poetas como Kai Isaiah Jamal para trabajar con sus marcas.
En un mundo donde procesamos imágenes 60.000 veces más rápido que el texto y el 90% de la información que es transmitida al cerebro es visual. En la era de la sobrecarga de imágenes, las marcas quieren que respiremos, hagamos una pausa y leamos.
Por otro lado, sabemos cómo se ven y se sienten las marcas. A menudo también cómo huelen y, a veces, incluso cómo saben (algunas tienen restaurantes). Pero, ¿Cómo suenan las marcas? ¿Cuál es su tono de voz? ¿Es por eso por lo que han empezado a lanzarnos mensajes escritos?
¿Se está buscando intelectualizar la Moda? A lo largo de los años, las marcas de moda han colaborado con artistas plásticos en productos, han reclutado orquestas y han creado trajes para el ballet y el cine.
Todo indica que con el único objetivo de construir el universo de una marca intelectualizando la ropa en sí, es a través de la asociación con la “alta cultura“. Parece ser que La tipografía, la poesía y la literatura son las siguientes en la lista de éxitos de la industria.
En LuxStyle Consulting somos expertos en reconstrucciones de marcas, crearemos diálogos para que llegues a tus clientes, construiremos valores y un universo que permitan que tu cliente se enamore más aún de tu producto.
Juan Borges.